Biografía

 

Wilfred Ruprecht Bion (Mathura, 8 de septiembre de 1897 - Oxford, 28 de agosto de 1979) fue un médico y psicoanalista británico.

Nació en India, donde vivió hasta los ocho años. Hijo de un empleado menor de la colonia británica, fue criado con los privilegios de los colonos en India. Luego se trasladó a Londres donde comenzó una vida de interno, con escasas visitas de sus padres. Se desarrolló como un gran deportista, especialmente en natación y waterpolo. Llegó a ser capitán del equipo. Sus escritos autobiográficos revelan ya, en esos años, una mirada del mundo muy especial, desencajada del sentido común de la represión social. Bion participó en las dos guerras mundiales, siendo condecorado y en calidad de héroe, en la segunda, experiencia que lo marca en forma arrolladora y que formará parte tanto de sus elaboraciones teóricas como de las personales en sus escritos. Más tarde, siendo ya bastante maduro, se forma como médico, psiquiatra y luego psicoanalista en la International Psychoanalytic Association, en Londres, llegando a ser presidente de la sede local de la sociedad británica.

 

Obra

 

Su obra se basa inicialmente en Freud y Melanie Klein, pero siendo la primera parte de su obra de muy difícil lectura, dando la impresión de que intenta poner en las palabras oficiales de los maestros reconocidos, su pensamiento apasionado y muy personal. En la segunda parte de su obra, considerado por los kleinianos como psicotizado, es más libre y claro aunque revolucionario en extremo, místico e inspirado, con un pensamiento que siendo profundamente basado en el psicoanálisis, trasciende y amenaza toda la anquilosada estructura del movimiento de la época.

Sus contribuciones han tenido gran relevancia en el tratamiento de la psicosis desde la terapia analítica. Arriesgando una reelección en la presidencia institucional, decide marcharse, expresando la cita "antes de que le hundiese el peso de las medallas", y se va a Beverly Hills, California, donde prácticamente sin referencias inicia una nueva vida.

Deja huellas en la escuela californiana de psicoanálisis, entre ellos, dos grupos de fanáticos que se disputan la autoridad sobre el pensamiento del autor y otros cuantos menos relevantes pero no menos fanáticos. Se autodenominan "Bion's Babies" y "Kleinianos Furiosos". Para Bion el pensamiento humano y, dentro de él, el psicoanálisis, están en su prehistoria. Es fuerte su concepción respecto de la posible conexión con disciplinas esotéricas o de tradiciones filosóficas orientales, que aluden a un todo y la pertenencia de la humanidad a ello. Para el Bion del último período, la materialidad corporal de la fisiología nos mueve a engaño en el hecho de creernos seres individuales.

 

UNA TEORIA DEL PENSAMIENTO – W. R. BION Sonia Abadi

 

I. La teoría del pensamiento

 

Es a partir de la clínica psicoanalítica con pacientes graves que Wilfred Bion comienza a detectar perturbaciones en la comunicación con el analista, que lo llevan a inferir trastornos en los procesos de pensamiento. De allí surgirán sus teorizaciones acerca de la construcción del pensamiento normal y patológico. Al igual que Freud, este autor toma como punto de partida de la actividad de pensar, la frustración de las necesidades básicas que le es impuesta al lactante. La capacidad del yo del bebé para tolerar el odio resultante de esas frustraciones, cumplirá para Bion una función esencial. Determinará un intento de fuga en relación con la frustración, o una posibilidad de modificarla a través de los procesos mentales. El otro elemento en juego será el sostén ofrecido por la función continente de la madre. Bion postula en el origen, la existencia de un pensamiento sin pensador. Así, habría pensamientos previos a la capacidad para pensar. La actividad de pensar derivará de dos procesos mentales: en primer lugar el desarrollo de pensamientos y luego el desarrollo del aparato de pensar, impuesto por la presión de los pensamientos. El bebé posee una preconcepción innata del pecho. Las experiencias emocionales resultantes de frustraciones de la omnipotencia del lactante, lo obligan a volverse hacia el mundo real, y serán denominadas por Bion como realizaciones. Tomando como modelo el vínculo del bebé con la madre que lo amamanta, definirá las realizaciones como positivas o negativas. En la realización positiva hay una confirmación de que el objeto está realmente presente y atiende a sus necesidades. En la realización negativa, el lactante no encuentra un pecho disponible para la satisfacción, y esa ausencia es vivenciada como la presencia de un pecho ausente y malo dentro de sí, puesto que para Bion todo objeto necesitado es sentido como malo, de modo que su ausencia provoca privación y sufrimiento. De aquí surge una clasificación de los pensamientos, de acuerdo- a la naturaleza de su desarrollo, en: preconcepciones, concepciones, pensamientos y conceptos.

 

a) Preconcepción: es una expectativa innata. El ejemplo clásico será la preconcepción del pecho para el bebé.

 

b) Concepción: se produce por la conjunción entre una preconcepción y una realización positiva. Esta corresponde a la experiencia de satisfacción.

 

c) Pensamiento: se genera por la conjunción de una preconcepción con una frustración o realización negativa. Esto sucede en el caso de un bebé con buena tolerancia a la frustración y por lo tanto con la capacidad de modificarla. Si la capacidad innata de un bebé para tolerar las frustraciones es suficiente, la experiencia de no pecho se toma un elemento del pensamiento, y se desarrolla un aparato psíquico para pensarlo.

 

d) Concepto: implica un mayor nivel de abstracción. Según Bion es un derivado de la concepción que ha sido sometida a un proceso que la depura de los elementos que obturan su posibilidad de esclarecimiento o expresión de la verdad. Para la exploración y categorización de los diferentes procesos y niveles del pensamiento, Bion propuso la creación de una tabla. Esta tabla es un sistema cartesiano compuesto de dos ejes. Uno vertical con seis hileras denominado genético porque permite la anotación de la evolución secuencial del pensamiento desde los protopensamientos hasta la más alta abstracción científica. El otro eje, horizontal, compuesto por ocho columnas, posibilita el reconocimiento y la notación de cómo es la utilización de los distintos niveles de pensamiento en cada individuo. La tabla es utilizada por el psicoanalista después de cada sesión para caracterizar el pensamiento operante en ese paciente en dicha sesión.

 

II. La psicopatología desde la perspectiva de la teoría del pensamiento

 

Varias son las alternativas patológicas que se hallan determinadas por los trastornos del pensamiento.

 

a) Si la capacidad para tolerar la frustración no es suficiente o adecuada, el "no pecho" o "pecho malo" internalizado de ese modo, debe ser expulsado. Ante una severa incapacidad para tolerar la frustración se produce la siguiente secuencia: intolerancia -intento de evadir la frustración- constitución de un objeto malo interno adecuado para ser evacuado -excesivo empleo de las identificaciones proyectivas- hipertrofia de la omnipotencia. A partir de allí, los pensamientos son tratados como objetos malos internos y el aparato de pensar será utilizado para librar a la psique de ellos. En ese caso, no se produce la creación de una concepción a través de la conjunción entre la preconcepción y la realización. Las realizaciones tanto negativas como positivas serán negadas por medio de ataques destructivos. Pero más aún, si las preconcepciones y las realizaciones, entran en conjunción formando concepciones, éstas serán tratadas como cosas y evacuadas rápida y masivamente. Otra consecuencia es que la magnitud de las identificaciones proyectivas hace que el self y el objeto externo se confundan.

 

b) Ante una intolerancia a la frustración un poco menos severa, y ante una realización negatíva.la preconcepción intenta predominar sobre el principio de realidad en vez de buscar la evasión. En este caso se produce el desarrollo de la omnipotencia, en lugar de la conjunción que lleva al pensamiento. La experiencia de realización negativa es negada, y es el "prejuicio" el que domina el sistema de pensamiento. Esta será el sustituto del aprendizaje a través de la experiencia. El juicio de realidad falla y no hay discriminación de verdadero y falso. En su lugar se instala la omnisciencia como afirmación dictatorial de orden moral: correcto o equivocado. Aquello que comúnmente llamamos prejuicio funciona en lugar del juicio. Así, la diferencia que Bion establece entre los diversos tipos de pensamiento permite establecer en la clínica dos niveles en relación a la patología del pensamiento. Un primer nivel, en el que predomina la formación y la presencia no integrada de pensamientos, más característico de los pacientes psicóticos, Un segundo nivel, con la integración de pensamientos, pero con persistencia de la omnipotencia y alteración del juicio de realidad. Sin embargo, ciertos trastornos en la utilización de los pensamientos, pueden ser encontrados también en las neurosis obsesivas o en las personalidades narcisistas.

 

III. La función materna

 

Junto con el bombardeo de identificaciones proyectivas, Bion intuyó que debería haber un continente para poder contenerlas, y a partir de ahí introdujo la noción de función de réverie por parte de la madre. Así, la capacidad de tolerancia que el bebé tendrá en relación a las frustraciones, dependerá tanto de sus demandas pulsionales innatas como de la respuesta de la madre real externa. Estos dos factores están indisociados y constituyen el modelo de Bion de continente-contenido, representados por los signos femenino-masculino. La relación continente-contenido implica una complementariedad entre las proyecciones del niño y la receptividad materna. Al igual que M. Klein, este autor considera que la ansiedad está relacionada con el sadismo y la pulsión de muerte. El niño expulsa las emociones y fantasías que lo hacen sentir en peligro de desintegración o aniquilación. Es la capacidad de continente de la madre la que origina la construcción interna, en el bebé, de una barrera que permite el proceso secundario, el juicio de realidad y la demora en la descarga. En la normalidad con la madre y el bebé adaptados uno al otro, las identificaciones proyectivas son vivenciadas corno una realidad, debido a que el bebé tiene un sentido de ésta rudimentario y frágil, Bion llama a esto identificación proyectiva realista. El bebé proyecta en la madre aquellos sentimientos de los cuales desea liberarse: por ejemplo, su temor a la muerte. La madre reacciona terapéuticamente, devolviéndole las identificaciones proyectivas en forma tolerable. Esto depende de su capacidad de réverie. Si ésta falla, el niño intensifica las identificaciones proyectivas, que ya no sirven para ser comprendidas y significadas con la ayuda de la madre. Se reintroyectan masivamente con el resultado de la aparición de un objeto interno destructor que impide tanto dar, como recibir algo bueno. Es útil remarcar la importancia fundamental que Bion atribuyó a la capacidad de réverie de la madre externa real. Si ella fue capaz de contener las angustias del bebé al mismo tiempo de proveer a las necesidades de leche, calor, amor y paz, sucederá que tanto las realizaciones positivas como las negativas serán utilizadas para aprender de la experiencia. Esto requiere el enfrentamiento y la modificación del dolor, que promueve el crecimiento mental. Por el contrario, la evitación del dolor depresivo es un importante factor inhibidor del crecimiento psíquico. En ese caso, las fuertes cargas emocionales resultantes de las realizaciones negativas, y que fueran proyectadas en la madre, al no encontrar un continente adecuado, Serán reintroyectadas por la criatura bajo la forma de un terror sin nombre. Cuando la capacidad de aprender de la experiencia no se establece, ésta es sustituida por la omnipotencia y la omnisciencia, y se pierden las diferencias entre lo verdadero y lo falso. Se instaura también un súper-superyó que crea y dicta sus propias leyes morales e intenta imponerlas a los otros. Finalmente, la capacidad de réverie de la madre será introyectada por la criatura como una capacidad propia. Estas mismas aptitudes serán revalorizadas en la técnica psicoanalítica como función continente del analista, quien además de interpretar, debe escuchar, calmar y soportar las proyecciones del paciente. En la clínica veremos distintos cuadros que pueden explicarse por la ausencia de esta capacidad para pensar y sentir: la ansiedad crónica, las estructuras fronterizas, las psicosis.

 

IV. Teoria de las funciones.

 

Origen y naturaleza del pensar Bion describirá dos modos de funcionamiento del aparato de pensar que denominará: función alfa y función beta.

 

a) La función alfa. En primer lugar los elementos alfa: éstos se originan en las impresiones sensoriales y las experiencias emocionales transformadas predominantemente en imágenes visuales y son utilizadas por la mente para la formación de sueños, recuerdos, y para las funciones de simbolizar y pensar. La función alfa es entonces aquella que, si funciona adecuadamente (y esto va a depender especialmente de la capacidad innata de tolerar las frustraciones) va a transformar las impresiones sensoriales (visión. audición, tacto) y las primeras experiencias emocionales (placer o dolor) en elementos alfa. Incluye los procesos del pensamiento y sus distintos productos finales: gestos, palabras, formulaciones abstractas. Es esencial que exista una adecuada función alfa en la madre para que el bebé pueda desarrollarla. Bion hablará también de una barrera de contacto resultante del conjunto formado por los elementos alfa, la que marca el contacto y la separación entre consciente e inconsciente, funcionando como una membrana permeable que impide que la fantasía prevalezca sobre la realidad.

 

b) La función beta. Los elementos beta son protopensamientos, o sea, experiencias sensoriales y emocionales muy primitivas que adquieren una naturaleza de cosas concretas, porque no pudieron ser pensadas hasta un nivel de conceptualización o de abstracción como es el destino de los elementos alfa. Cuando la función alfa es deficitaria, las sensaciones y emociones permanecerán como estaban en su estado naciente, constituyendo los elementos beta, los cuales se prestan sólo a ser evacuados por medio de la hipertrofia de las identificaciones proyectivas. Cuando las impresiones sensoriales y experiencias emocionales no pueden ser transformadas, deben ser expulsadas hacia fuera. Bion describe también una pantalla de elementos beta. Al contrario de la barrera de contacto, compuesta por elementos alfa, la pantalla de elementos beta está constituida por elementos beta aglomerados y no organizados, sin capacidad de establecer vínculos entre sí. Esto no le permite cumplir la función de límite entre consciente e inconsciente. En los pacientes psicóticos, prevalece la formación de una pantalla de elementos beta en lugar de la barrera de contacto de elementos alfa, también prevalece la posición esquizoparanoide sobre la posición depresiva. Por lo tanto, la formación de símbolos no se procesa adecuadamente y éstos son sustituidos por ecuaciones simbólicas. Para la formación y utilización de los pensamientos son necesarias interacciones dinámicas del modelo continente-contenido, como así también las que se producen entre las posiciones esquizoparanoide y depresiva. Que los pensamientos sean utilizados de un modo integrativo y estructurante o de una forma desintegrativa del yo, dependerá básicamente del modo de pasaje de la posición esquízo-paranoide a la posición 'depresiva. Así se desprende que la esencia de la formación de los pensamientos depende no sólo de la capacidad de tolerancia a las frustraciones sino también de la capacidad de soportar las pérdidas y duelos. Sólo a través de la elaboración exitosa de la posición depresiva, los pensamientos sufren sucesivas modificaciones pasando por las preconcepciones, las concepciones, el concepto, el sistema deductivo científico, hasta alcanzar el alto grado de abstracción del cálculo algebraico. De la misma forma, es el éxito de la posición depresiva el que posibilita la formación de símbolos, los cuales sustituyen y representan todas las pérdidas inevitables en el curso del desarrollo. Esta formación de símbolos es la que permite la capacidad de generalización, de abstracción y la creatividad. Recapitulando, las experiencias de realización negativa son inherentes e indispensables a la vida humana y pueden seguir dos modos de desarrollo. Si el odio resultante de la frustración no fue excesivo y la capacidad del yo del lactante es suficiente para soportarlo, el resultado será una formación de pensamiento a través de lo que Bion denomina función alfa, la cual integra las sensaciones que provienen de los órganos de los sentidos con las respectivas emociones. En el caso contrario, los protopensamientos que se forman, denominados por Bion como elementos beta no se prestan para la función de ser pensados, porque son tan abrumadores que precisan ser inmediatamente aliviados y descargados. Esto se realiza a través de una agitación motora (o en caso de los pacientes adultos por medio de actings) o por la vía de somatizaciones, pero siempre con un exagerado uso expulsivo de identificaciones proyectivas. Bion postuló una tercera posibilidad que denominó reversión de la función alfa. En éste caso la función alfa ya comenzó a actuar pero el bebé enfrentó tal dolor psíquico que debió regresar a modos más primitivos de funcionamiento, produciendo elementos beta. Estos elementos beta son diferentes de los originales y configurarán los llamados objetos bizarros. Clínicamente los elementos beta resultantes de la reversión de la función alfa siguen tres destinos: o se descargan dentro del cuerpo como somatizaciones, o por los órganos de los sentidos llegan bajo forma de alucinaciones, o bien por la acción, en actings o delirios.

 

V. Algunas implicancias teórico técnicas

 

En los pacientes más regresivos, se hace relevante la persona del psicoanalista, tanto en lo que se refiere a su función de ser continente como a la de ayudar al paciente a pensar con elementos alfa. Para Bion el pensar es sobre todo una función creadora de significados y de establecer correlaciones en un mundo de significados. Enseñar a pensar consiste en una función del psicoanalista para ayudar a su paciente a cambiar la necesidad de evacuar un pecho malo por la presencia de un pecho bueno y pensante: cambiar la identificación proyectiva excesiva por la capacidad de contener y pensar. A partir de los trabajos de Bion, los psicoanalistas están más atentos al nivel de pensamiento y de lenguaje utilizados no sólo por el paciente sino por ellos mismos. Más allá del objetivo de hacer consciente el conflicto inconsciente, el interés se centra en el intercambio comunicativo entre esas dos instancias psíquicas y en la necesidad del paciente de pasar de un modo de funcionamiento de proceso primario, a otro de proceso secundario.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 Bion, Wilfred, Elementos de psicoanálisis, Hormé, Buenos Aires, 1988. - Volviendo a pensar, Hormé, Buenos Aires, 1990.

 Bleichmar, Hugo, El psicoanálisis después de Freud, Eleia Editores, México, 1989.

 Grinberg, León; Sor, Darío; Tabak, Elizabeth, Nueva introducción a las ideas de Bien; Tecnipublicaciones, Madrid, 1991.

 Zimerman, David, Bion, da teoría da prática, Artes Médicas, Porto Alegre, 1995. 

 

SUPUESTOS BÁSICOS

                                                                                              WILFRED BION

 

            Bion es discípulo de Melanie Klein. Originariamente psiquiatra de las Fuerzas Armadas "Británicas, es convocado por éstas durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. para la atención de los soldados afectados por "neurosis traumática de guerra": se trata de combatientes que, sin haber sido heridos en el \ frente, están afectados por fuertes desequilibrios emocionales.

            La contemplación de escenas de muerte y mutilación, la pérdida de camaradas, la visión del horror en todas sus formas, les han inferido profundas marcas que Bion intentará restañar en el hospital de campaña con el objeto de devolverlos al frente medianamente reestructurados.

            Acostumbrado a los tratamientos individuales, y frente a la cantidad de soldados afectados, Bion se ve obligado a implementar tratamientos grupales. En este sentido encontramos aquí una técnica similar, tanto en su estructura como en su causación, a la que pusiera en práctica Pichón Riviere cuando se aleja del psicoanálisis ortodoxo para "democratizar" los tratamientos.

            Con la experiencia acumulada y terminada la guerra, Bion continúa con la atención de agrupamientos, no ya de soldados, sino de individuos voluntarios dispuestos a ser observados en reuniones de intercambio: El objetivo es simple: comprender las leyes que gobiernan el funcionamiento de los grupos y extraer conclusiones con vistas a la formulación de una teoría.

            Recurriendo al método científico -observar hechos reiterados, hipotetizar acerca de ellos y contrastar las hipótesis con la realidad Bion comienza a observar ciertas regularidades, presentes en cualquier tipo de grupos. A la primera de ésas regularidades la llamó "valencia".

            Valencia es un término extraído de la química: dos elementos, dos substancias, pueden combinarse en base a cierta afinidad denominada valencia. Se trata de una unión, de un lazo que liga dos entidades.

            Por otra parte y aquí encontramos la primera gran diferencia con la visión Pichoniana surge el "efecto grupo".

            Para Bion allí donde se juntan dos o más desconocidos, ocurre algo, se instala una novedad de orden vincular" y operacional a la que llamó efecto grupo. En función de ello, los integrantes comienzan a actuar en bloque para dar respuesta al problema que eventualmente tengan entre manos.        

             Recordemos que la Psicología Social de nuestro medio se sitúa en otra posición: hasta tanto no se establezca la mutua representación interna es decir, la internalización del otro por parte de cada integrante no hay allí grupo sino serie. De modo que para Bion hay, entre las personas que recién se conocen, una ligazón instantánea, la valencia, cuyo resultado es la `acción en bloque, es decir, el efecto grupo. Otra de las regularidades que Bion encuentra en los grupos viene a desmentir ciertas conductas neuróticas: el retaceo en la colaboración, tan común en estas estructuras clínicas, parece disolverse en los ámbitos grupales. Como cuarto ingrediente, aparece cierta falta de registro de los integrantes respecto de la propia responsabilidad en lo que hace al clima grupal. Los estados compartidos de felicidad, agresividad, tristeza o miedo son atribuidos a la entidad grupal, mientras que es ignorado el aporte de cada uno al clima predominante.

 

 

 

 

LAS IMAGOS

         Para comprender en profundidad los desarrollos fundamentales de Bion en relación a los grupos, es necesario precisar qué entendemos por imago. Llamamos así a ciertas imágenes prototípicas inconscientes que porta cada sujeto. Son ellas, principalmente,

 

1: La imago materna 2: La imago paterna 3. La imago fraterna

 

            Imago es una palabra que resulta de la contracción de "imitago", vocablo latino que significa imitar.

            Las imagos son pasajes fantaseados de seres reales al mundo interno, por lo que, como imágenes, se cristalizan en el psiquismo con las deformaciones propias de tales internalizaciones.

            Los tres momentos del Complejo de Edipo se centran en estas tres imagos. El sujeto en formación transita desde la díada o célula narcisística -imago materna a la tríada donde el padre ejerce su función de corte -imago paterna- para luego separarse también del padre por mediación de sus pares -imago fraterna.

 

LOS GRUPOS DE SUPUESTO BÁSICO

            Quizá la mayor contribución de Bion a la comprensión de los grupos sea lo que ha dado en llamarse "supuestos básicos".

            Hablar de supuestos remite a hipótesis, pero no se trata aquí de la hipótesis del científico, sino a la del integrante.

            Entendemos por supuesto básico a una situación grupal fantaseada en la que cierta escena inconsciente deviene en común denominador. Bion determinó la existencia de tres supuestos básicos, tres situaciones grupales que, sin conciencia por parte dé sus integrantes, estructuran el acontecer del grupo. Decimos "estructuran" porqué se trata de escenas dotadas de todos los ingredientes dramáticos capaces de organizar al conjunto.,

            Hay allí, en lo latente, una escenografía, un cierto guión o trama argumental y personajes encarnados-por actores. Frente al caos que supone la interacción de un número dado de personas que no se conocen, emerge una ley organizativa, una estructura dotada de cierta coherencia capaz de conjurarlo.

 

Son los supuestos básicos:             -Dependencia   -Ataque y fuga         -Emparejamiento

 

 

SUPUESTO BÁSICO DE DEPENDENCIA

 

            La escena que subyace a este supuesto básico se estructura en función de una figura central, el líder, de quien depende el resto de los integrantes: En lo manifiesto, el líder suministro a su base social algo que satisface una necesidad grupal, por ejemplo información teórica; los integrantes concentran sobre el líder su demanda y el diagrama grupal adopta una configuración fuertemente radial:

            En lo latente, par su parte, se estructura una escena inconsciente de la que todas participan: el líder personifica la imago del padre bueno; éste suministra amor a un conjunto de infantes que demandan satisfacción inmediata y plena.

Cuando decimos padre bueno, no estamos hablando de un valor absoluto sino de lo que para ese grupo significa bondad. Puede, por ejemplo, tratarse del jefe de una banda delictiva, donde la bondad puesta en juego está en función de los valores internos del grupo.

            El supuesto básico de dependencia puede ser rastreado prácticamente en todos los grupos, pudiendo este padre ser una figura interna, externa o de borde, como son los casos del líder emergente, el conductor de masas o el coordinador respectivamente.

            En Psicología de las masas y análisis del Yo Freud aborda el segundo caso. Considera al líder de masas como alguien cuyas condiciones personales lo ubican en un lugar tomado como el del Ideal del Yo por cada uno de los integrantes de esa masa. Entre estos distintos yoes, previamente aislados en la defensa de la propia individualidad, se establece un lazo de hermandad en función de la adoración del líder, tomado como modelo de identificación.

            Distintos autores plantean que las religiones se fundan sobre el supuesto básico de dependencia.

            El propio Freud, al explicar la conducta adulta en relación a improntas infantiles, opina ' que los movimientos de fe tienen su raigambre en la dupla niño-padre, puesta en acto en el vínculo .entre el creyente y su Dios.

            La estructura del supuesto de dependencia facilita por su universalidad el manejo que no sólo desde lo religioso, sino también desde lo político, lo económico, lo publicitario, lo militar, puede ejercerse sobre pequeñas o vastas porciones de la sociedad.

            Del padre bueno, personaje supuesto omnipotente, se espera todo: amor, alimento, información, contención, seguridad, la solución de todos los problemas; la satisfacción de toda necesidad.

 

SUMINISTRO DEMANDA

            Así corno para Freud el líder ocupa un lugar central en virtud de su propia personalidad, de acuerdo a la visión de Bion es un producto grupal. Para Pichón Riviére, en cambio, se conjugan ambas instancias: su verticalidad lo personal, lo propio del sujeto y la horizontalidad -la necesidad grupal. Como en la constitución de todo rol, hay allí tanto una asunción como una adjudicación.         

            Debemos agregar, a propósito de la visión de la Psicología Social, que si bien existen momentos grupales en los que la emergencia de un líder se hace necesaria, cuando el grupo efectivamente trabaja el líder es la tarea.

            En el supuesto básico de dependencia predomina la oralidad, ya que se trata de una estructura cimentada en el modelo alimentario: Todo aquello que el líder suministra metaforiza el alimento, y esto lo podemos ver en la estructura que subyace a una clase teórica tradicional, donde alguien investido de un saber vierte, como en un sistema de vasos comunicantes uno lleno y los otros vacíos un caudal de conocimientos en los integrantes de una masa ávida de información.

            Cuando en los grupos la demanda al líder obtiene respuesta bajo la forma de algún tipo de suministro, predomina entre los integrantes dos tipos de silencio: el que llamamos - "nutricia", donde campean la incorporación y la elaboración, y el "reverencial", propio de la devoción reinante,

            Esta oralidad puesta en juego es de succión, aunque no tarda en instalarse la oralidad canibalística en que los integrantes intentan vaciar al líder. Es posible que lo logren, si el personaje central no hace un manejo adecuado de la dinámica demanda-suministro. En ese caso se instala _un clima depresivo donde la fantasía reinante es de decepción por cuanto se comprueba que el líder no dio lo que de él se esperaba.

            Este quiebre entre expectativas y resultados conduce al derrocamiento del líder; dado que la adjudicación de omnipotencia choca contra una realidad humana, la idealización original deriva par lo general en la denigración y la destitución.

 

SUPUESTO BÁSICO DE ATAQUE Y FUGA

 

            La segunda instancia estructurante que Bion postula no se fundamenta en la faz positiva .del amor sino en la amenaza. Frente a un peligro el grupo tiene dos opciones: atacar o huir (aunque cabría identificar una tercera, paralizarse).

            La imago principal que aquí se instala es también la paterna, pero en lo que remite al padre terrible.

            El clima es de hostilidad, de desconfianza, de resentimiento. Los miedos básicos también llamados ansiedades básicas a la pérdida y al ataque, están presentes. Así como en el supuesto básico de dependencia predomina la sensación de pertenecer al mejor grupo y localización de todo enemigo en el afuera, en el supuesto de ataque y fuga el enemigo es interna.

            El rol principal ligado a este tipo de grupos es el de chivo emisario, con frecuencia asociado a un enemigo externo que por su intermedio ha establecido una especie de quinta columna. Cuando Sartre analiza lo grupal en el marco de la Revolución Francesa, lo dice claramente: "un grupo necesita para constituirse, en ciertas ocasiones, de un enemigo afuera y un sospechoso adentro". Este "necesitar" remite a un hecho incontrastable: los roles son funcionales y situacionales, están al servicio. de necesidades grupales concretas.

            Observemos que' también este supuesto básico puede servir a la manipulación de las personas cuando de Poder se trata. En la Alemania de la década del 30 el Estado y la sociedad se estructuraban alrededor de este supuesto en concordancia con el de dependencia en un corte, gran parte de la masa se ligaba en torno a un líder carismático que encarnaba ciertos ideales de raza y nacionalidad; en otro, una minoría era depositaria de los males que, precisamente, separaban a los liderados de esos ideales, y por lo tanto debía ser destruida. En este caso la condición' de chivo emisario deja lugar a la de chivo expiatorio, que supone no sólo la segregación sino también la muerte.

 

SUPUESTO BÁSICO DE EMPAREJAMIENTO

 

              El tercer organizador, grupal de Bion es el supuesto básico de emparejamiento. En un principio Bion supone que para esta estructura en alguna medida relacionada con el supuesto de dependencia la masa pone sus ojos en una pareja: Las imagos centrales en juego son, por lo tanto, materna y paterna.                                                                                                                                    .

            La fantasía inconsciente que aquí opera es la de escena primaria, y no en vano hemos hablado de "poner los ojos"; ya que se trata de la contemplación del coito parental: Debemos esta conceptualización a Melanie Klein quien desarrolló la idea de "imago dé los padres acoplados" en un coito permanente.

            En los grupos Bion, lo descubrió más tarde no necesariamente se trata de una pareja amorosa: podría haber un dúo que intercambia información teórica o dialoga sobre temas del grupo, y hasta una situación futura donde centrar ciertas expectativas. El clima predominante es de placidez esperanzada, ya que en la fantasía inconsciente cabe la idea del Mesías.

            A diferencia del supuesto de dependencia, aquí la solución de todos los problemas grupales vendrá de la mano de ese Mesías, que metaforiza para el caso de dos miembros en pleno intercambio- el producto del diálogo del dúo. Es como si el grupo expectante asistiese al alumbramiento de una solución salvadora o la revelación de un enigma, y para ello hubiera que esperar el desarrollo de dicho diálogo.

            La pasividad de los integrantes podría homologarse a la del supuesto de dependencia, ya que en ambos casos la delegación es absoluta.

            Cabría preguntarse por qué, tratándose de un triángulo ambos líderes y el resto del Grupo el clima es distendido y no de celos. En los celos presentes en el supuesto de dependencia porque cada integrante ve en cualquier otro una amenaza al vínculo personal con el líder .hay un riesgo puesto en juego, en cambio frente a una pareja capaz de engendrar un Mesías hay un mayor nivel de hermandad y una cierta renuncia a la satisfacción inmediata.

            También este supuesto es habitualmente utilizado consciente o inconscientemente desde el Poder y se corporiza en el matrimonio del líder.

            Es preciso distinguir entre el supuesto de emparejamiento, donde ambos líderes intercambian desde el acuerdo, de las situaciones grupales donde dos integrantes de peso intercambian desde el desacuerdo. Dado que en estos casos cada uno de los líderes para- ser tal debe contar con cierta base social, la disputa plantea una división en el conjunto. Este divorcio en ciernes se denomina "sesgo"; cuando desde un clima de sesgo se pasa a la fractura del grupo, la situación emergente dos grupos se denominan "cisma".

 

 

SUPUESTO BÁSICO Y TAREA

 

            Como se ha dicho, las fantasías inconscientes— que subyacen a las estructuras' dé supuesto básico son arcaicas, infantiles, remiten a un deseo profundo y a vínculos primarias con imagos; en lo manifiesto hay afectos extremos, pasividad y delegación.

            Esto determina el carácter regresivo de las situaciones en las que el grupo "rasa a supuesto básico".

 

            Para Bion la antítesis del grupo de supuesto básico es el grupo de trabajo. .