El concepto de organizador grupal
La Escuela Francesa de Grupos se comienza a gestar alrededor de los años 1950, cuando las ideas de Kurt Lewin se expanden en Francia, aportando los conceptos de gestalt, totalidad y la definición de grupo a partir de estas características. Las ideas de Jacobo Moreno y su aplicación a través de las técnicas psicodramáticas también constituye un hito importante. Otra influencia fundamental será la teoría de Lacan, especialmente la idea de estructura y la importancia de la relación entre las partes. Y los trabajos de Didier Anzieu sobre la fantasmática en los grupos y los desarrollos sobre el aparato psíquico grupal de René Kaës, a partir de la década del sesenta y en la actualidad.
En Inglaterra, Wilfred R.Bion y S.H. Foulkes habían llegado a la misma conclusión: concebir al grupo como totalidad, estableciendo los conceptos de mentalidad grupal y de matriz de relaciones, respectivamente.
En la década 1970/1980 hubo aportes relevantes de René Kaës sobre "organizadores grupales", "cadena asociativa grupal", "doble apoyatura del aparato psíquico grupal", "lo negativo en los grupos", "la histeria en los grupos".
Otros grupólogos contemporáneos de esta escuela son el italiano Angelo Bejarano (transferencia en los grupos, 1966), André Missenard (procesos identificatorios en los fenómenos grupales, 1972), Roger Dorey (la cuestión del fantasma en los grupos) y J.B. Pontalis (el grupo como objeto y las fantasías inconscientes como organizadores).
Hay un autor argentino que ha ejercido una gran influencia en la escuela francesa, especialmente en Anzieu y Kaës. José Bleger. Su conceptualización de núcleo aglutinado y sociabilidad sincrética es muy similar (y muy anterior) al de mente de grupo de Bion y al de ilusión grupal de Anzieu.
El concepto de los organizadores grupales.
La importancia de trabajar todos estos complejos, densos, conceptos centrados en las fantasías inconscientes esta vinculado al hecho de que esas fantasías están presentes circulando en cada grupo y que de algún modo u otro son los que organizan el proceso grupal. Ahí la relevancia de toda esta cuestión. Se puede distinguir en los grupos dos niveles.
- Uno, en que los miembros están reunidos por razones conscientes y objetivables, en un nivel racional, de predominio intelectual y fundamentalmente "para hacer algo" (espiritual o material).
- Otro, en el que los lazos de unión son inconscientes, no objetivables, por lo tanto, en un nivel irracional, inconsciente y de predominio emocional y fundamentalmente para "constituir o sostener su identidad (personal o profesional)".
Dice Daniel E. Schoffer Kraut:
"Todo grupo tiene una tarea a realizar, cuyo buen desarrollo va a depender de distintos aspectos, como ser la dificultad real que pueda entrañar su ejecución, así como los modos de abordarla, la distribución de roles y funciones entre los miembros, etc.
Pero, al ponerse en marcha la actividad, la situación plural produce una circulación emocional entre los participantes, porque moviliza emociones arcaicas familiares que van a ser ocultadas por medio de los deslizamientos fantasmáticos.
Estos fantasmas , que son individuales, circularán y resonarán entre los miembros del grupo, fomentando o inhibiendo la producción según el tipo de organización interna que se imponga en el grupo en un momento determinado."
¿Cómo se organizan los grupos en ese nivel inconsciente, irracional, no objetivable, de predominio emocional, de ilusión grupal (según la terminología de Anzieu)? El primero que habla de aparato psíquico grupal es André Missenard. Dice que el organizador psíquico inconsciente del grupo apunta a constituir un aparato psíquico grupal a partir del aparato psíquico individual. René Kaës es quien hace el gran desarrollo de este concepto.
¿Cómo utiliza D. Anzieu estos conceptos para describir la relación entre el aparato psíquico grupal y el aparato psíquico individual. Anzieu dice que los grupos (en este nivel inconsciente) se organizan, estructuran y funcionan alrededor del fantasma individual. Es el principal organizador grupal. A partir de tres conceptos que confluyen:
a. resonancia fantasmática.
b. imago.
c. fantasmas originarios.
LA RESONANCIA FANTASMÁTICA. EL PRIMER ORGANIZADOR GRUPAL.
1. El concepto de resonancia existe desde 1450 como resonancia acústica (luego se lo amplia a todo tipo de resonancia: óptica, electromagnetismo, música, etc.). Imaginemos un piano. Uno golpea el diapasón, lo pone cerca de otro y sin golpearlo el otro diapasón empieza a vibrar. Y pronto el sonido se expande. Y si hay varios diapasones la vibración se extiende a todos. Este fenómeno depende de la longitud de brazos de cada diapasón. Cuanto más cercana sea la longitud de brazos entre un diapasón y otro, más fácilmente y a mayor distancia van a entrar a vibrar por resonancia unos y otros. Es lo que ocurre con la resonancia fantasmática en el grupo. En la medida que un integrante presenta un fantasma cuya estructura es más o menos cercana a los fantasmas de los demás integrantes del grupo, con más facilidad o dificultad empezarán los otros a vibrar en la misma longitud de onda.
2. Para llegar al concepto más amplio de resonancia fantasmática, Anzieu hace todo un recorrido. Primero, habla de la doble referencia. Dice que hay una relación entre los mitos populares y las fantasías inconscientes. No hay sociedad que no tenga mitos, leyendas, creencias, de la misma manera que no hay individuo que no tenga fantasmas. El fantasma le hace eco al mito. El fantasma resuena en la medida que existe el mito, que da un sonido. Y a su vez el mito le hace eco al fantasma. Es una reproducción y retroalimentación constante donde es indistinto determinar qué es lo primero y qué lo posterior. A esto se refiere el fenómeno de la doble referencia. Los mitos populares son desarrollos que intentan dar una explicación a la organización política, geográfica, cosmológica, etc. de los pueblos. Los mitos darían cuenta de las fantasías inconscientes de los individuos que componen una sociedad.
"Las leyendas, los cuentos infantiles que los mayores cuentan, alimentan la vida fantasmática de los niños, dan un sustrato sobre el cual se desarrolla la fantasía inconsciente. Y a su vez la catexis (energía) fantasmática es lo que da a los mitos esa presencia viva, permanente, ese impacto colectivo y afectivo que tiene el mito. Los mitos se estructuran como una forma que tiene la sociedad de expresar esas fantasías inconscientes de los individuos."
Marcos Bernstein.
3. El vínculo más primario interhumano es la circulación fantasmática. Otros vínculos importantes entre los seres humanos como las relaciones de objeto, las transferencias, los mecanismos de proyección o introyección, etc., estarían vacíos sin la circulación fantasmática. Serían como un armazón vacío, sin contenido. Por ejemplo, la transferencia no tendría realmente significación sin la presencia de la circulación fantasmática, sin la fantasía inconsciente que acompaña y le da contenido a la transferencia.
4. Anzieu habla de dos ilusiones:
- la ilusión tecnicista, los que piensan que si el grupo se puede desembarazar de la dimensión fantasmática y funcionar en un nivel puramente racional, la productividad sería extraordinaria.
- la ilusión fantasmática. Creer que basta con desear para realizar, que las cosas simplemente transcurran a nivel del deseo, de la fantasía. Lo que subyace a la ilusión fantasmática es la fantasía de ilusión utópica (estar todos fusionados).
"En todo este desarrollo ustedes se están encontrando con algo que conocen muy bien porque lo han vivenciado constantemente en la vida, y su experiencia es que en los grupos se da una oposición entre los partidarios de trabajar la temática y los que prefieren privilegiar los afectos, es decir, esa oposición entre "intelectuales" y 'afectivos'."
Marcos Bernstein.
5. Anzieu habla de fantasmatización. Es la capacidad de cargar con fantasías, de fantasear. Todo encuentro despierta y moviliza los fantasmas personales de cada uno. La fantasmatización es una actividad preconsciente que articula representaciones de cosas, palabras, etc. La capacidad de fantasear es uno de los rasgos más importantes del Yo. Favorece la creatividad. En cambio, es pobre en la inmadurez afectiva y en las neurosis.
6. El último concepto que Anzieu desarrolla antes de entrar en el punto específico de la resonancia fantasmática, es la afirmación que el fantasma tiene una organización grupal interna.
"Según Freud, el fantasma individual es una escena imaginaria que se desarrolla entre varias personas, estando el sujeto presente generalmente a título de espectador y no de protagonista. El sujeto está presenciando una escena. Esta escena es imaginaria, se da a nivel del mundo interno. De esto se deriva que el fantasma tenga una organización grupal interna. Si el sujeto está fantaseando con una escena en donde intervienen varios personajes, se va a estructurar entonces la fantasía inconsciente en términos de grupo. En los sueños, en los síntomas, generalmente se trata de repetir esta escena. Las posiciones que el sujeto soñante ocupa en esta escena o las que le hace ocupar a los personajes que intervienen en el sueño pueden ser diferentes, pero la estructura permanece siendo la misma."
Marcos Bernstein.
7. Luego, algunos miembros del grupo le van a servir a otros como soportes para sus pulsiones, es decir, puntos de identificación con los cuales un sujeto puede identificarse con otro. En esto se basa la resonancia fantasmática, que es el agrupamiento de algunos miembros del grupo sobre uno de ellos, el cual les hace ver a los demás, a través de sus palabras, de sus conductas, de actos de cualquier tipo, sus fantasmas individuales inconscientes.
"Al ser portador de un deseo reprimido, el fantasma individual inconsciente de un miembro del grupo puede provocar en los demás miembros distintas reacciones. A veces provoca horror, otras fascinación, otras indiferencia.
- Según que movilice en el otro una condena del SuperYo, va a despertar horror.
- Si el fantasma mueve en los demás un deseo análogo o similar que estaba latente, va a despertar fascinación.
- Y si el fantasma de uno mueve en los demás mecanismos de defensa, en particular, los mecanismos de negación, va a despertar en el grupo indiferencia.
Todo el discurso del grupo se puede entender como la puesta en escena del fantasma de aquel que es el portador al cual algunos le dan la réplica, ocupando posiciones incluidas en el escenario del portador."
Marcos Bernstein.
La escuela francesa utiliza el término portador en una forma cercana (pero diferente) a la noción pichoniana de portavoz.
Portavoz. Si tomamos la idea de las tres D (depositado, depositario, depositante), los integrantes del grupo serían los depositantes, lo depositado serían las fantasías inconscientes de todos sobre este sujeto (portavoz) que se hace depositario de todo eso.
Para la escuela francesa el esquema sería distinto: el portador es este sujeto que pone sobre el escenario sus fantasmas y emite y provoca en los demás miembros del grupo distintas reacciones. Y si a los demás miembros del grupo les resuena el fantasma que este sujeto está poniendo en escena van a engancharse y van a ir a ocupar un lugar en el escenario imaginario del portador, o que el portador propone. ¿Cómo es posible esto? Porque los fantasmas son universales (fantasías originarias).
"Los silenciosos que aparentemente no entran en resonancia, sin embargo están presentes y también entran en el escenario imaginario. Son espectadores oyentes. Y ahí, ¿qué es lo que ocurre? Están silenciosos en la medida en que el fantasma del otro se les actualiza pero de una manera muy especial. Se les puede actualizar por una identificación con el deseo del otro y entonces, ¿para qué va a hablar? No lo precisa. Se identifica totalmente con el deseo del portador y no necesita hablar porque está totalmente expresado a través del otro. O puede que se quede en silencio por las defensas contra ese deseo que se ha puesto en movimiento."
Marcos Bernstein.
En los grupos, los integrantes pueden seguir dos caminos frente a la irrupción de la fantasía inconsciente de uno de los miembros.
- Cada integrante, o se repliega sobre sí mismo para proteger su identidad que está amenazada y para proteger sus fantasmas individuales inconscientes, que no se "contamine" con el fantasma que está proponiendo el otro,
- o trata de hacer entrar a los otros en el juego de los fantasmas individuales inconscientes.
Y el grupo puede llegar a paralizarse cuando varios fantasmas individuales inconscientes luchan para ser el centro del grupo y para anular a los otros fantasmas inconscientes de los otros miembros del grupo.
La resonancia se da cuando varias personas se encuentran y cada uno proyecta su fantasma individual inconsciente sobre los otros y trata de hacer actuar a los otros de acuerdo al fantasma propio. Si ello corresponde a los fantasmas individuales de cada uno de los otros, los otros van a jugar ese rol que le ha adjudicado el portador del fantasma, estableciéndose de esta una tensión común. El concepto de tensión común es fundamental, es el principio de la resonancia fantasmática y es el principio de la situación grupal, porque a partir de ella se van a desarrollar todas las ideas que posteriormente culminan en el desarrollo que hace la escuela francesa sobre el "aparato psíquico grupal".
Es importante comprender lo que la actitud de uno significa para los demás miembros del grupo. Las interpretaciones que va haciendo el coordinador apuntan al denominador común de los fantasmas individuales inconscientes de todos los miembros del grupo, o apuntan a las resistencias que pueden aparecer en el grupo para establecer la tensión común.
"¿Cuáles pueden ser las resistencias que aparecen en una situación grupal cualquiera frente a la aparición de un fantasma individual inconsciente que trata de incorporar a los otros y establecer la tensión común? Los silencios pueden ser una de las manifestaciones más habituales de la resistencia. O cuando aparecen chistes, bromas, que son a veces descalificatorias o simplemente tratan de desplazar el foco de la atención, o hacer como que lo que se trajo no es algo serio (es un chiste)."
Marcos Bernstein.
En las instituciones, empresas, etc., un fantasma individual inconsciente, cuando se lo institucionaliza, ejerce un efecto muy duradero. Tomemos el ejemplo de nosotros mismos. La figura de Pichon está siempre presente y está recargada de contenidos fantasmales inconscientes de todo tipo. En las instituciones el efecto del fantasma es muy duradero.
Pero en los grupos, no. ¿Por qué? Por las incompatibilidades (en el sentido que un fantasma individual que presenta algo en el grupo no siempre encuentra resonancia en los demás, sino incompatibilidad) y por las revindicaciones que cada uno propone para su propio fantasma (cada uno reivindica su derecho a ocupar él un lugar central en el escenario fantasmático).
Cuando no se fusiona el grupo con el fantasma individual que presenta uno de los miembros, significa que ha fracasado en ese momento la resonancia fantasmática, los fantasmas individuales de los demás integrantes no entran a vibrar, no se despliegan en la escena propuesta por este, no ocupan roles o lugares en esa escena.
¿Qué pasa entonces? Fracasa la resonancia fantasmática y la ilusión grupal de fusión y aparece otro fantasma que es muy común en los grupos, el fantasma de la locura, la fantasía de la dispersión, de que el grupo se disuelve, se separa, no existe más como grupo.
Resumen: Predominio de lo isomórfico.
Al comienzo de la formación del grupo, cuando para defenderse del peligro de pérdida de su individualidad, los miembros se fusionan indiscriminadamente, en lo que Anzieu llama ilusión grupal, la creencia inconsciente de cada miembro es que el aparato psíquico grupal (los procesos psíquicos del grupo), funcionan de manera idéntica a como funciona el aparato psíquico individual. Esto se confirma por el hecho de que los miembros se cohesionan alrededor de un elemento psíquico de cada uno de los otros (la fantasía individual) ocasionando el fenómeno de la resonancia fantasmática (primer organizador grupal). El sentimiento de bienestar por pertenecer al grupo, que experimenta el aparato psíquico de un miembro, le hace creer que todos sienten el mismo bienestar y que no hay ninguna fisura o separación emocional entre ellos. Este tipo de relación no permite la individuación. Esto es lo que pasa en la familia psicótica. Ahí se da una tendencia a la isomorfia (no se discrimina quién es quién, ni se diferencia mundo interno del mundo externo, o unos de otros). Se apunta a la igualdad total de todos los miembros del grupo. No pueden diferenciarse ni discriminarse y remite a la ilusión grupal de la fusión.
La imago. Segundo organizador grupal.
Cuando un fantasma individual inconsciente de uno de los miembros se hace centro de atracción en forma permanente, obstaculiza la circulación de los otros fantasmas que no entraron en resonancia con él. Por lo tanto, la prevalencia constante de un fantasma no es soportada por el grupo y el grupo vuelve a la deriva. ¿Por qué a la deriva? Porque la resonancia fantasmática era el primer organizador grupal. Si este falla es preciso encontrar otro organizador. Ese segundo organizador es la imago.
Wilfred Rupert Bion, un psiquiatra inglés que trabajó en la Segunda Guerra Mundial con grupos operativos, desarrolló a través de su teoría de los supuestos básicos, la concepción freudiana de la imago. Para Bion los grupos pueden organizarse a través de una realidad psíquica transindividual, o sea, de la interacción que se da entre los integrantes y que no es un fantasma individual inconsciente sino la imago del jefe lo que asegura el vínculo grupal. Acá es donde Bion desarrolla el concepto freudiano de imago. El concepto freudiano de imago gira alrededor de la imagen del jefe como organizador del grupo. Lo desarrolla en Totem y Tabú. Dice que la horda primitiva formaba clanes en los cuales existía un jefe cuya figura era fundante para la estructuración de todo ese gran grupo.
En esa línea, llamamos imago a ciertas imágenes prototípicas inconscientes que porta cada sujeto. Son ellas:
- la imago materna.
- la imago paterna.
- la imago fraterna.
Imago es una palabra que resulta de la contracción de "imitago", vocablo latino que significa "imitar". Dice el Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche y Pontalis:
"Prototipo inconsciente de personajes que orienta efectivamente la forma en que el sujeto aprehende a los demás; se elabora a partir de las primeras relaciones intersubjetivas reales y fantaseadas con el ambiente familiar."
- El fantasma individual es una representación de acción, una escena.
- En cambio, la imago (segundo organizador grupal) es una representación de instancias psíquicas orientadoras del Yo.
- El fantasma se construye durante el desarrollo psíquico del individuo.
- En cambio, la imago se constituye durante el desarrollo de la especie (Freud) y preexiste desde el nacimiento. De ahí el carácter universal que Freud da a las imago.
Bion llama a la imago "supuestos básicos" (creencias defensivas).
Dice Mignon Rousseau:
"(...) Este nivel de actividad mental puede ser entendido como el continente de tres tipos de "creencias" defensivas, o "supuestos básicos", que de un modo inconsciente, espontáneo y anónimo son creadas, sustentadas y compartidas por un conjunto de personas que están en igual estado de regresión.
Estos supuestos básicos constituyen estructuras defensivas utilizadas como respuestas o líneas de conducta posibles frente a las ansiedades primarias o arcaicas, desencadenadas a partir del ingreso, la pertenencia, la interacción o la finalización virtual o real de un grupo.
El estar en grupos, re-actualiza las primeras experiencias de fusión-discriminación, encuentro-separación, individuación-masificación, así como la pérdida de la cápsula dual primitiva, la inclusión de la triangularidad edípica y el dolor por la aprehensión de las realidades interna y externa, dando lugar así a la eclosión de intensos torrentes emocionales que pueden obstaculizar la actividad psíquica necesaria para la realización de la tarea propuesta racionalmente.
Cuando ello sucede, estos supuestos básicos, o creencias defensivas, penetran como una cuña en la actividad mental del grupo de trabajo, la que resulta atacada al ver interrumpida su acción (p.ej., dejar de pensar esperando recibir una solución 'mágica').
Estos supuestos básicos, denominados de dependencia, de ataque-fuga y de apareamiento, aparecen en forma alternada y de acuerdo a modelos secuenciales dispares."
El deseo del grupo de depender de un jefe justo, poderoso, fuerte, que pueda contener las ansiedades del grupo, que les de protección y cuidado. Este supuesto básico, si se lo compara con el concepto de imago de Freud, correspondería a la imago del padre bueno. Es lo que sucede en el grupo cuando se despliega ese deseo de establecer una relación de dependencia con el líder grupal.
La escena que subyace a este supuesto básico se estructura en función de una figura central, un líder, de quien depende el resto del grupo. En lo manifiesto, el líder suministra a su base social algo que satisface una necesidad grupal, por ejemplo, información teórica; los integrantes concentran sobre el líder su demanda y el diagrama grupal adopta una configuración fuertemente radial:
1. Supuesto básico de dependencia (o la fórmula de la deidad y sus creyentes).
El grupo demanda al líder. El líder suministra al grupo.
En lo latente, por su parte, se estructura una escena inconsciente de la que todos participan: el líder personifica la imago del padre bueno; este suministra amor a un conjunto de infantes que demandan satisfacción inmediata y plena.
Cuando decimos padre bueno, no estamos hablando de un valor absoluto sino de lo que para ese grupo significa bondad. Puede, por ejemplo, tratarse del jefe de una banda delictiva, donde la bondad puesta en juego está en función de los valores internos del grupo.
El supuesto básico de dependencia puede ser rastreado prácticamente en todos los grupos, pudiendo este padre ser una figura interna, externa, o de borde, como son los casos del líder emergente, el conductor de masas o el coordinador respectivamente.
En Psicología de las masas y análisis del Yo, Freud aborda el segundo caso. Considera al líder de masas como alguien cuyas condiciones personales ubican en un lugar tomado como el del Ideal del Yo por cada uno de los integrantes de la base. Entre estos distintos yoes, previamente aislados en el defensa de la propia individualidad, se establece un lazo de hermandad en función de la adoración del líder, tomado como modelo de identificación.
Distintos autores plantean que las religiones se fundan sobre la base del supuesto de dependencia. El propio Freud , al explicar la conducta adulta en relación a improntas infantiles, opina que los movimientos de fe tienen una raigambre en la dupla niño-padre puesta en acto en el vínculo entre el creyente y su Dios.
La estructura del supuesto de dependencia facilita por su universalidad el manejo que no sólo desde lo religioso, sino también desde lo político, lo económico o lo militar, puede ejercerse sobre pequeñas o vastas porciones de la sociedad.
Del padre bueno, personaje supuestamente omnipotente, se espera todo: alimento, amor, alimento, información, contención, seguridad, la solución de todos los problemas, la satisfacción de toda necesidad.
Así como para Freud el líder ocupa un lugar central en virtud de su propia personalidad, de acuerdo a la visión de Bion, es un producto grupal. Para Pichon, en cambio, se conjugan ambas instancias: su verticalidad (lo personal, lo propio del sujeto) y la horizontalidad (la necesidad grupal). Como en la constitución de todo rol, hay allí tanto una asunción como una adjudicación.
Debemos agregar, a propósito de la visión pichoniana, que si bien existen momentos grupales en los que la emergencia de un líder se hace necesaria, cuando el grupo efectivamente trabaja, el líder es la tarea.
En el supuesto básico de dependencia predomina la oralidad, ya que se trata de una estructura cimentada en el modelo alimentario. Todo aquello que el líder suministra metaforiza el alimento y esto lo podemos ver en la estructura que subyace a una clase teórica tradicional, donde alguien investido de un saber vierte, como en un sistema de vasos comunicantes (uno lleno y otros vacíos) un caudal de conocimientos en los integrantes de una masa ávida de información.
Cuando en los grupos la demanda al líder obtiene respuesta bajo la forma de algún tipo de suministro, predomina entre los integrantes un silencio al que llamamos "nutricio", donde campean la incorporación y la elaboración.
Esta oralidad puesta en juego es de succión, aunque no tarda en instalarse la oralidad canibalística, en que los integrantes intentan vaciar al líder. Es posible que lo logren si el personaje central no hace un manejo adecuado de la dinámica demanda-suministro. En ese caso, se instala un clima depresivo donde la fantasía reinante es de decepción, por cuanto se comprueba que el líder no dio lo que de él se esperaba.
Este quiebre de expectativas y resultados conduce al derrocamiento del líder; dado que la adjudicación de omnipotencia choca contra una realidad humana, la idealización original deriva por lo general en la denigración y la destitución.
"El supuesto básico de dependencia es la creencia, compartida inconscientemente por los miembros del grupo, de que alguien (el coordinador) posee la clave del problema que los individuos componentes del conjunto necesitan resolver.
Una vez establecida esta "creencia", el hecho fenomenológico es sencillo de describir: alguien tiene un objeto idealizado y otros lo anhelan y necesitan. Deseo y derecho son sinonimizados y por lo tanto la única vía de resolución del problema es la de recibir la solución ya existente pero detentada por alguien que la posee cuando en realidad debería entregarla.
El grupo se ha reunido para algo así como un "acto de transmisión de un bien valioso", que si se cumple como corresponde daría por finalizada su tarea.
Si el poseedor del objeto valioso comparte la misma creencia -es decir, deviene él mismo un sujeto en igual estado de regresión que el resto- experimentará admiración y placer ante su propio potencial y benévolamente satisfacerá la demanda del grupo, quizás no regalándole el objeto pero permitiéndole su "usufructo", convirtiéndose así en "líder de la resistencia", ya que favorecerá la satisfacción de la tendencia defensiva y regresiva (dependencia infantil), en lugar de estimular la tendencia progresiva (dependencia madura).
La dependencia infantil devora igualmente a coordinador y coordinados, sujetos-sujetados a un mismo vaivén. La idealización del objeto genera envidia, odio y voracidad, dando lugar a la aparición de sentimientos de culpa por vaciar al objeto y, consecuentemente, a la emergencia de ansiedad depresiva y baja autoestima.
El objeto carenciado (por ende, denigrado primero y persecutorio después) se halla en posesión de uno de los polos de la fórmula -los miembros del grupo-, lo que, a la corta o a la larga hace insostenible la situación."
M.R.
2. Supuesto básico de ataque y fuga (o la fórmula del general y sus huestes).
La segunda instancia estructurante que Bion postula no se fundamenta en la faz positiva del amor, sino en la amenaza. Frente a un peligro, el grupo tiene dos opciones: atacar o huir
La imago principal que aquí se instala es también la paterna, pero en lo que remite al padre terrible.
El clima es de hostilidad, de desconfianza, de resentimiento. Los miedos básicos -también llamados ansiedades básicas o ansiedades psicóticas- de los que habla Pichon, a la pérdida y al ataque, están presentes. Así como en el supuesto básico de dependencia predomina la sensación de ser el mejor grupo y si hubiese un enemigo este se localizaría afuera, en el de ataque y fuga hay un enemigo interno.
El rol principal ligado a este tipo de grupos es el de chivo emisario, con frecuencia asociado a un enemigo externo que por su intermedio ha establecido una especie de quinta columna. Cuando Sartre analiza lo grupal en el marco de la Revolución Francesa, lo dice claramente: "un grupo necesita, en ciertas ocasiones, de un enemigo afuera y un sospechoso adentro". Este "necesitar" remite a una coincidencia importante con Pichon: los roles son funcionales y situacionales, están al servicio de necesidades grupales concretas.
Este supuesto básico puede servir a la manipulación de las personas cuando de Poder se trata. En la Alemania de la década del 30 el Estado y la sociedad se estructuraron alrededor de este supuesto de ataque y fuga en concordancia con el supuesto de dependencia: en un corte, gran parte de la masa se ligaba en torno a un líder carismático (Hitler) que encarnaba ciertos ideales de raza y nacionalidad; en otro, una minoría (judíos) era depositaria de los males que -precisamente- separaban a la comunidad de esos ideales y por lo tanto debía ser destruida. En este caso, la condición de chivo emisario deja lugar a la de chivo expiatorio, que supone no sólo la segregación sino también la muerte.
"El supuesto básico de ataque y fuga organiza la creencia inconsciente del grupo de que el logro de la solución a sus problemas se dará en la medida en que puedan evitar un peligro cierto proveniente de un objeto persecutorio -interno o externo al grupo- al que deberán enfrentar, atacando o huyendo, liderados por el coordinador.
La solución anhelada se presenta como un botín de guerra del que hay que apropiarse primero y resguardar después. Puede estar en las manos del general y sus huestes enfrentados conjuntamente a un enemigo interno o externo, concreto o abstracto, o bien una parte del grupo puede haberlo arrebatado en detrimento de los demás.
La ansiedad desencadenada es de tipo persecutorio y el arsenal se completa con los mecanismos más arcaicos del sistema defensivo, estratégicamente organizados por el miembro que asuma el liderazgo resistencial que satisfaga la consigna bélica de atacar o huir."
M.R.
3. El supuesto básico de apareamiento (o la fórmula de acoplarse y esperar).
"El supuesto de apareamiento o emparejamiento implica la creencia de que el objeto salvador aún debe ser creado y que esta actividad será tomada a cargo de dos miembros voluntarios del grupo que facilitarán así el descanso de los demás.
La creencia de que la solución anhelada, completa y perpetua, aparecerá en cualquier momento, permite la esperanza confiada, la no consecución de la tarea y la no confrontación con la realidad, puesto que justamente se trata de algo que nunca habrá acaecido y no podrá ser por lo tanto evaluado, sino que siempre estará por acaecer y resultará hasta que aparezca, "no imputable" de fracaso o equivocación.
Habrá por lo tanto una pareja (de igual o distinto sexo) encargada del proceso de producción a partir de una cópula fecunda, siendo el resto del grupo un conjunto de personas designadas herederas, beneficiarios y usufructuantes del producto final, el que será debidamente distribuido para su posterior consumición."
M.R.
Las estructuras universales de Anzieu.
En los grupos se instalan ansiedades que distintos autores bautizan de diversas maneras. Para Pichon se trata de ansiedades básicas o miedos básicos. Melanie Klein prefiere llamarlas ansiedades psicóticas, lo que no debe ser entendido en sentido patológico, sino que alude a lo regresivo, a lo más arcaico e infantil que subsiste en cada uno de nosotros y que ciertas situaciones grupales potencian.
Con el propósito inconsciente de conjurar, de controlar esas ansiedades, los individuos ponen en común estructuras defensivas que toman cuerpo en los grupos. Para Bion, tales estructuras adoptan configuraciones a las que llamó "supuestos básicos". Para Anzieu, en cambio, las estructuras defensivas que se instalan (que en ciertos aspectos coinciden con las de Bion) son seis:
1. El grupo ilusión.
Es el grupo que se considera a si mismo perfecto. La ilusión grupal es la del grupo ideal, y tal ideal ha sido ya logrado en la fantasía de sus miembros. Aparece como polo de bondad respecto de otro grupo o del afuera genérico.
Es frecuente observar esta estructura cuando, por ejemplo, un equipo de fútbol gana un campeonato: predomina el "somos los mejores", toda falla es negada, toda contradicción es ignorada. Los integrantes viven a este grupo como lugar paradisíaco, cuyos valores es preciso defender a toda costa.
2. El grupo boca.
Para esta estructura el grupo se comporta como una gran boca. La demanda es muy elevada y predomina el modelo alimentario. En el marco de la regresión que este fantasma propone, prevalece la oralidad en sus modalidades de succión y canibalística. Esto conlleva una ambivalencia: en el grupo hay fantasías de satisfacción alimentaria, metaforizada en información, afecto, etc., pero también de destrucción: los integrantes podrían ser devorados.
Puede observarse una cierta coincidencia con el supuesto básico de dependencia, donde Bion plantea la demanda y el vaciamiento del líder.
3. El fantasma de rotura.
En alguna medida esta estructura es la antítesis del grupo ilusión, porque circula una fantasía de despedazamiento, de fractura grupal. Es el caso del surgimiento de dos líderes antagónicos, que mientras discuten instalan lo que se llama "sesgo".
El temor que surge es el de la ruptura entre ambos líderes y el paso de sesgo a "cisma".
Se trata de un fantasma recurrente en grupos institucionalizados como los partidos políticos y las congregaciones religiosas. Cuando décadas atrás el radicalismo difundía la consigna "que se doble, pero que no se rompa", cundía en sus filas el terror por la fractura, en virtud del enfrentamiento diametral entre sus líderes. En los hechos, tal fantasma se hizo realidad más de una vez.
Grandes movimientos religiosos han sufrido cismas históricos cuando líderes notables plantearon discrepancias dogmáticas o pragmáticas, fundándose nuevos cultos de masas y también una infinidad de pequeñas sectas, a veces con sutiles diferencias respecto del tronco original.
4. El grupo máquina.
Se trata del grupo que funciona a la perfección, pero el acento está puesto en la eficiencia y en la producción. Es cuando sus integrantes dicen "este grupo es un relojito". El grupo ilusión, también vivido como perfecto, carece de los componentes de la máquina y de hecho puede no plantearse producción alguna.
Pero en el grupo máquina la exigencia imperante tiene un doble efecto: sus integrantes pueden por momentos vivirlo como una instancia de progreso y eficacia, como vehículo de éxito personal y grupal, pero también circula la fantasía de ser tragado por mecanismos que se comportan como autónomos y hasta como autómatas.
La película Tiempos Modernos, paradigma de obra de arte al servicio de la comunidad, para Pichon, es suficientemente explícita a este respecto: vemos allí a Chaplin convertido en operario robotizado por las exigencias de una línea de producción, cuando no succionado por la maquinaria y formando parte de sus engranajes.
5. El grupo organismo.
En este caso, la fantasía reinante asimila al grupo a una entidad viviente donde los integrantes son miembros u órganos. La deserción de un integrante es vivida como una mutilación, como una amputación.
En cierto modo, hay similitudes con el grupo máquina ya que en la fantasía circulante hay toda una mecánica de interacción donde los efectos o la información metaforizan fluidos nutrientes o detritus.
Es común detectar roles asimilables a partes de un ser vivo: el cerebro de una banda, el corazón del equipo, el nervio de la empresa, la mano derecha del jefe, la cabeza de la familia. Circula una fantasía de simbiosis y suelen encontrarse referencias al nacimiento, el crecimiento y la muerte del grupo, como así también la reproducción de funciones (el semillero).
6. El fantasma de la muerte del padre.
Anzieu reflexionó sobre el fantasma de la muerte del padre con motivo de una consulta institucional. En una ocasión es convocado por una familia, todos abocados a tareas concretas en una fábrica propia.
Frente a la muerte del padre, cabeza de la empresa, un esquema de dependencia -imago de padre bueno, diría Bion- se derrumba y la amenaza de caos generalizado se apropia de los integrantes.
A diferencia del mito de la horda primitiva en que el padre terrible es matado por los hijos y canibalizado en la comida totémica -como consecuencia de lo cual los hijos, lejos de poder ejercer libremente su sexualidad incorporan la ley que prohibe el incesto-, en esta estructura era el padre bueno quien daba sentido al grupo; al morir, cunde la amenaza de desmembramiento por cuanto los lazos que unían a la familia convergían en la figura paterna. Vemos aquí el deslizamiento de los afectos sobre los vínculos funcionales de una empresa.
La muerte de un líder religioso, político o filosófico, puede desatar este fantasma entre una masa antes cohesionada y ahora al borde de la desintegración.
Una estructura se caracteriza por la existencia de partes y de nexos funcionales entre ellas, por la consecuente dependencia entre los elementos y entre esos elementos y el todo, por la existencia de un plus más allá de la sumatoria de las partes, por la modificación del todo a partir de cambios en cualquier elemento. Por ello, frente a la desaparición de la parte más importante sólo cabe esperar -como fantasía, al menos-, el desmoronamiento de todo el sistema.
Resumen. Equilibrio entre lo isomórfico y lo homomórfico.
A medida que avanza el proceso de grupalización, la relación de "identidad" entre los aparatos psíquicos individuales y el aparato psíquico grupal va virando hacia una creencia inconsciente que podría ser expresada por un miembro (estamos hablando de procesos inconscientes) como: "Somos todos parecidísimos, casi idénticos, pero Fulano y Mengano son un poco más...y yo me siento un poco menos que..."
Esta situación de relativo equilibrio entre la isomorfia y la homomorfia (, entre el aparato psíquico individual y el aparato psíquico grupal, corresponde a la etapa en que el grupo se cohesiona a través de las imagos (segundo organizador grupal), que constituyen estructuras psíquicas de mayor nivel de complejización y que, al ser transmitidas por la especie, brindan un telón de fondo "común" al grupo que les asegura una cierta posibilidad de diferenciarse entre sí sin tanto peligro de desintegrarse como grupo. Pero esta posibilidad es aún débil y el peligro subsiste, aunque aminorado.
Fantasías originarias. Tercer organizador grupal.
Estos supuestos básicos cubren otras fantasías mucho más primitivas, primarias, arcaicas. El tercer organizador. El primero era la resonancia fantasmática, el segundo son las imago, que son los supuestos básicos de Bion, y el tercero son los fantasmas originarios.
Las imago no son las únicas representaciones inconscientes que son comunes a los hombres, hay otras que también son universales. Entre estas fantasías inconscientes universales algunas son comunes porque responden a las cuestiones que los niños se plantean desde muy pequeños y que están referidas a los orígenes. Desde niños todos nos hemos planteado esas preguntas referidas a ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿cómo es que estamos en el mundo?
En la dinámica de los grupos cuando la resonancia fantasmática no se despliega totalmente sino que es limitada tanto en el número de resonancias como en la duración de cada una, entra a funcionar el segundo organizador que son las imago. Cuando las imago traen dificultades al grupo, cuando la imago buena se convierte en imago mala, apareciendo fantasías persecutorias, se vuelve a aquellos fantasmas inconscientes que son semejantes en todos los seres humanos.
1. origen de los individuos. A través de las fantasías de la escena primaria (se refiere a la fantasía del niño, a la imago de los padres acoplados permanentemente en un coito ininterrumpido), vida intrauterina y fantasía de fusión. La imago de los padres acoplados apunta a la indivisión, lo mismo que el fantasma de vida intrauterina. Y la indivisión ¿con qué esta relacionado? Con la isomorfia, con la tendencia mas regresiva de los grupos: formar una masa indiscriminada (fusión).
2. origen de la sexualidad. A través de las fantasías de seducción y exclusión. La fantasía que experimenta el niño es explicada como efecto de las seducción ejercida sobre él por el objeto de su deseo; en este caso podría estar referido específicamente a la relación con algunos de los padres.
3. origen de la diferencia de los sexos. A través de las fantasías de castración y diferencia. El niño imagina un solo sexo, que sería el masculino. La presencia (ausencia) del pene, define al hombre o mujer.
"El origen de la fantasía está ubicado en el momento en que las pulsiones sexuales se separan de las pulsiones de autoconservación que les sirven de apuntalamiento. En un primer momento el pecho satisface una pulsión de autoconservación a la que pronto se le adosa una pulsión libidinal; el pecho resulta así objeto de alimentación y de placer. Con la deflexión de las pulsiones, el pecho que satisface la necesidad de nutrición queda afuera y se internaliza el pecho libidinal, instaurándose la etapa autoerótica.
El nacimiento del psiquismo coincide así con el de la fantasía. Se trata de un momento fundante dado que la sexualidad surge del encuentro con el objeto (seducción), la experiencia de frustración da origen a la experiencia de la alteridad del otro, que en un principio era parte del self (castración), y la fusión será reconstruida después a partir de la seducción y la castración, es decir, una vez producida la separación."
Agrega Mignon Rousseau:
"La fantasía originaria sólo se expresa por intermedio de una fantasía secundaria que permite inferirla. Lo que equivale decir que a toda fantasía secundaria subyace, en última instancia, una fantasía de origen. La fantasía secundaria inconsciente es susceptible de devenir consciente, a través de la interpretación.
El fantasma aparece en el grupo a través de un discurso de múltiples voces, por la inducción o resonancia que suscita en los demás miembros. Posee una causalidad circular de tal modo que el inductor es al mismo tiempo un inducido, puesto que toda esta dramática fantasmática se ejercerá a través de la estructura de roles, o sea, el interjuego de ofertas y demandas de los mismos."
Los fantasmas originarios tienen su equivalente en situaciones grupales. Dice Marcos Bernstein:
"El fantasma de escena primaria, en el grupo, es muy claro. Es la situación triangular, pero no en términos edípicos, sino de la trilogía; coordinador-observador-grupo. Sin embargo esta ubicación es absolutamente aleatoria, y no representa para nada predominancia, prevalencia, o exclusión sino que cualquiera de estos términos puede estar ubicado en cualquiera de los vértices del triángulo.
Cuando estos tres elementos entran a jugar hay uno que queda afuera. El enfrentamiento con estos fantasmas es un riesgo que se debe vivir siempre. Entonces, a veces, se establece una relación coordinador-observador en la que el grupo puede sentirse excluido, por ejemplo, en la medida que el coordinador y el observador se reúnen afuera del grupo para elaborar la temática que se ha desarrollado, la dinámica, etc. Pero hay veces en que, en la dinámica del grupo, se dan situaciones en la que puede ocurrir que el coordinador establezca un vínculo muy catextizado con el grupo y deje excluido o afuera al observador, y que éste se sienta entonces excluido de la relación intensa que está teniendo el coordinador con el grupo. Esto se ve potenciado sobre todo cuando el observador no puede participar verbalmente y los fantasmas de exclusión pueden aparecer en el observador.
Puede establecerse un nexo muy fuerte entre el grupo y el observador. Son situaciones en las que, fuera de las reuniones de grupo, el observador establece un diálogo con los miembros del grupo, y es un diálogo que por lo general queda oculto al coordinador, oculto tanto por el observador como por el grupo, quedando el observador excluido. Entonces se puede establecer un secreto grupal."
Resumen: Predominio de lo homomórfico.
Al seguir avanzando el proceso de grupalización, los miembros se cohesionarán alrededor de elementos que todos han sentido y tienen. Hay por lo tanto un "plafond" seguro, en cuanto a elemento en común, que los "apoya" como para que puedan mostrar las diferencias en el aparato psíquico individual que tiene cada miembro con respecto al aparato psíquico grupal , o sea, con respecto al aparato psíquico individual de cada uno de los otros y al de todos, considerados como una unidad, el aparato psíquico grupal.
El elemento cohesionador serán en esta etapa las protofantasías o fantasías originarias (tercer organizador grupal), donde podemos hablar ya de una clara situación de homomorfia entre el aparato psíquico individual de los miembros y el aparato psíquico grupal del agrupamiento.
El resultado de este proceso es la construcción de un nuevo aparato psíquico que se construye grupalmente y que es diferenciado de los aparatos psíquicos individuales de cada uno de los integrantes. Es un proceso en el que no se busca la identidad completa entre aparato psíquico grupal y aparato psíquico individual, como se lo hacía en la isomorfia. En la homomorfia hay un des-sujetamiento de la persona en el grupo, o sea, no queda sujetado al grupo sino que el sujeto se puede individuar. Se da una movilidad de roles, de lugares, complementariedad, antagonismos, etc. Y todo esto le permite al grupo establecer nuevas relaciones entre los integrantes, diferenciándose entre sí, sistemas de interacción más abiertos, una apropiación activa de la realidad y un registro simbólico de la diferenciación, de los roles y de las tareas.
El concepto de desorganizador grupal. Las fantasías inconscientes tanto en el individuo como en el grupo pueden ser un desorganizador. ¿De qué depende? Del grado de angustia que produzcan. Las angustias desorganizadoras para el grupo son las ansiedades paranoides y las ansiedades depresivas, que son las que corresponden al miedo al ataque y el miedo a la pérdida. Según el grado de angustia que esto produzca y según cómo se maneje puede tener un efecto desorganizador.
El encuadre constituye la defensa más estable contra estas situaciones desorganizadoras. El coordinador puede ayudar a los participantes a resolver las fantasías que sean desorganizadoras, pero no le puede imponer al grupo una fantasía organizadora que les garantice la cohesión. Puede ayudarlos a desprenderse de las desorganizadoras, pero no les puede imponer una que sea organizadora. Sólo puede mostrarle al grupo su presencia o su ausencia, y las relaciones que el grupo establece con esas fantasías, ya sean organizadoras o desorganizadoras y es el grupo quién tendrá entonces que elaborar y trabajar sobre esto. La frase de Anzieu es: "el inconsciente es lo que es, sin él los grupos no serían lo que son...".